El jueves 1 de septiembre se realizó en la ciudad de Talca el seminario internacional Reflexiones y desafíos para la verdad, la justicia y los trabajos de memoria, organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, que contó con el apoyo de la Universidad de Chile, la Universidad Central y la Universidad de Talca.

Junto con saludar, la encargada de la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, Francia Jamett, mencionó que este espacio de reflexión y proposición “constituye un hito significativo en el trazado que hemos hecho a partir del año pasado al poder instalar esta unidad dentro del Consejo” ya que “la cultura y las artes tienen que ver con el proyecto de país que deseamos” por lo que les gratificaba poder estar al servicio de estas prácticas culturales y así contribuir a la cultura de la promoción los derechos humanos.

Asimismo Margarita Romero, presidenta de la Asociación, mencionó que en este seminario “escucharemos historias sobre nuestra memoria recientemente, en especial sobre los crímenes cometidos en Colonia Dignidad, donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura cívico militar. Historia de la cual nos queda mucho que conocer, de la que queda mucha verdad y justicia que buscar y encontrar”.

El primer panel Los espacios de memoria en la construcción de sociedades democráticas estuvo compuesta por Loreto López, antropóloga y miembro del Programa Psicología Social de la Memoria de la Universidad de Chile y experta en sitios de memoria; Terán Valenzuela quien es vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Talca, y el periodista, escritor y ex prisionero de Colonia Dignidad, Gabriel Rodríguez.

Loreto López agradeció la invitación e inició su exposición sobre centros de detención y cómo estos, posteriormente, son resignificados como espacios de memoria. La antropóloga precisó que en Chile existieron más de 1000 recintos de detención utilizados para interrogar, torturar y en algunos casos hacer desaparecer personas.

Además destacó que “un recinto de detención no se va a constituir, automáticamente, en un espacio de memoria, lo que nosotros tenemos es que después de que son desocupados o que cesan las medidas represivas en los recintos de detención hay varias opciones que se siguieron para poder desvincularlos de su actividad represiva”. Pero lo que hizo la sociedad civil después del año 90 es tratar de revincular con los hechos ocurridos ahí”

Por su parte, después de saludar y agradecer la invitación, Terán Valenzuela comentó “considero que estos espacios, que se están levantando, de discusión sobre la memoria son súper importantes. Yo me planteo el rol de que hoy día tiene la juventud y como vamos a ir reivindicando estos lugares”. Además habló sobre el rol de la juventud en la construcción de una sociedad que retome las motivaciones del Chile de Allende y el proyecto de la Unidad Popular.

También hizo un repaso del rol estudiantil en la historia de los procesos de cambio impulsados por movimientos sociales, y contó sobre las actividades de memoria que están realizando como Federación ante la importancia de reconocer lo ocurrido en los lugares que como estudiantes frecuentan.

El periodista Gabriel Rodríguez expuso sobre la memoria en tiempos actuales donde aún existe omisión, impunidad y carencia de justicia e hizo referencia particular caso del “pequeño Estado totalitario” Colonia Dignidad.

Rodríguez destacó que quienes impulsan iniciativas relacionadas con la memoria mencionan la importancia del recuerdo como una forma de establecer al menos una parte de la verdad, del conocer para que la historia no se repita, así como “arrojar luz a la gravedad de los hechos”. También hizo referencia a la importancia de dignificar a los familiares de las víctimas y el derecho a reparación como lucha constante contra la impunidad.

La segunda mesa titulada Apertura de los archivos de la represión, verdad y justicia, estuvo compuesta por Magdalena Garcés, abogada de derechos humanos e integrante de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, la directora del Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba Ludmila da Silva Catela, y la historiadora e investigadora del Archivo Central Andrés Bello y representante de la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Chile, Azun Candina.

Garcés relató el proceso que han vivido como abogados de derechos humanos en relación a Colonia Dignidad y lo que significó el descubrimiento de las fichas elaboradas en el enclave alemán. Este material permite comprobar muchos supuestos ya que en ellas están registrados los interrogatorios, y reafirmar el estrecho vínculo con la DINA, lo que permite avanzar en el esclarecimiento de crímenes cometidos allí.

De hecho, en julio pasado la Asociación por la Memoria y los Derechos presentó una querella ante el ministro en Visita Mario Carroza, en contra de los responsables de crímenes ocurridos en la rebautizada Villa Baviera.

Azun Candina expuso sobre cómo se recuperaron los documentos de la intervención dictatorial en la Universidad de Chile, proceso en el que ella ha estado presente como una de las personas del colectivo que ha sido parte de este trabajo, destacando que de ser una iniciativa individual de seguro no habría sido posible, sino que era gracias al trabajo grupal.

Los primeros documentos datan del año 1973 y los más “recientes” son de 1983, pruebas de cómo se introdujeron las prácticas dictatoriales y de acoso a trabajadores de diferentes estamentos de la universidad y que grafican el clima social coercitivo de la época.

Finalmente Lucila da Silva Catela compartió la experiencia del trabajo político de los archivos de la represión en Córdoba, Argentina.

Da Silva quien fue durante 9 años directora del Archivo Provincial de la Memoria, desde su formación hasta el año pasado, inició su presentación con un mensaje de un ex preso político que publicó por Facebook en el que cuenta su experiencia al ir a buscar sus documentos entregados por el Archivo Provincial de la Memoria.

Al respecto compartió su reflexión sobre el trabajo que debe hacer un archivo, que en su consideración es “mostrar, instigar y hacer pensar”. También expuso sobre como fueron – o no- preservados los archivos de la represión en las dictaduras latinoamericanas en los diferentes países.

Otro punto que trató fue la apropiación de la memoria en dictadura y la interpretación por parte de las “instituciones de la memoria”, como pasa en Argentina donde existe un trabajo estatal en esta materia (a diferencia de Chile), que muchas veces es en desmedro de los relatos, homogeneización de las historias que permite el surgimiento de una historia oficial de la represión.

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