Colonia Dignidad en el Chile de 1970

La atmósfera mundial de transformación social y la exigencia de mayores derechos se desarrolló en el marco de un mundo tensionado por la guerra fría. En Latinoamérica, este proceso tuvo hitos como la Revolución Cubana (1959) y la elección presidencial de Salvador Allende en Chile (1970).

Allende y su coalición denominada Unidad Popular, impulsarán un programa de profundas reformas sociales para enfrentar los altos índices de pobreza y desigualdad de gran parte de la sociedad chilena. Dicho programa es conocido como Programa básico de gobierno de la Unidad Popular (poner link de Memoria Chilena) y, entre sus medidas destacan el medio litro de leche gratis para los niños y niñas, la nacionalización del cobre, la profundización de la Reforma Agraria, becas para estudiantes, trabajo para todos, entre otras.

A pesar de la relevancia del programa político de Salvador Allende, diversos sectores no adscriben a estas reformas e inician una fuerte campaña de desprestigio y oposición contra el gobierno de la Unidad Popular. Tanto Paul Schäfer como los jerarcas de Colonia Dignidad se harán parte de esta campaña pues la reforma agraria, representaba un problema por el temor a que su extenso predio fuese expropiado. Se suma a ello, el anticomunismo presente desde su experiencia europea y que se intensifica con el gobierno socialista de Salvador Allende. Así, los líderes de Colonia Dignidad inician una estrecha colaboración con distintos grupos de poder entre los que destacan militares, políticos, empresarios, latifundistas y movimientos opositores a la Unidad Popular. Tal es el caso del grupo de extrema derecha Patria y Libertad, de latifundistas, políticos y militares, que buscaban desestabilizar y derrocar al presidente Allende. Finalmente, esto se cristaliza con el golpe de Estado cívico-militar que derroca al gobierno de la Unidad Popular el 11 de septiembre de 1973 instalando una dictadura de crímenes y horror por 17 años.

La colaboración de Colonia Dignidad con la dictadura-cívico militar chilena

Con el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 se instala en Chile, a fuerza y violencia, una dictadura cívico militar que mantendrá el poder por 17 años. La dictadura utilizará el terrorismo de Estado como forma de control social y como vía efectiva para imponer un nuevo modelo económico, político y social en Chile denominado neoliberalismo. Así, tras el golpe de Estado se instala una política represiva que consistió en el secuestro, tortura, ejecución, desaparición, relegación, exilio y exoneración de opositores políticos o integrantes y simpatizantes de la Unidad Popular, estudiantes, pobladores, militantes de izquierda, religiosos, religiosas, sindicalistas, artistas, entre otros actores.

Si bien existieron distintos aparatos represivos dependientes de cada rama de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, será la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) la que dependa directamente del dictador Augusto Pinochet.  La DINA fue creada, oficialmente, por el decreto ley Nº 521 el 14 de junio de 1974. A cargo del Teniente Coronel del Ejército Manuel Contreras, fue el organismo que tuvo bajo sus funciones la implementación y la ejecucción de la política represiva en todo el país. Su forma de operar fue selectiva y dirigida, principalmente, contra los militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista (PC), el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), entre otros.

Como parte de la política represiva de la dictadura, la DINA creará centros represivos secretos a lo largo de todo el país. Estos recintos de secuestro, tortura y exterminio al que fueron llevados los secuestrados funcionaban coordinadamente, creando un circuito represivo y de operaciones entre recintos y ciudades. Según el Informe de la Comisión sobre Prisión Política y Tortura, durante la dictadura más de 1.132 recintos fueron utilizados como lugares de detención en las trece regiones del país (Valech, 301).

Circuito represivo en Santiago

Circuito represivo en Santiago

Circuito represivo en la VII Región del Maule

Circuito represivo en la VII Región del Maule

Organigrama de perpetradores en Colonia Dignidad

Organigrama de perpetradores en Colonia Dignidad

Los jerarcas, Paul Schäfer y algunos colonos serán cómplices y coautores de este aparataje represivo, trabajando directamente con la dictadura y con la DINA. Así, no solo se utilizará el predio como centro secreto de operaciones y de inteligencia civil y militar, sino también como centro secreto de secuestro, tortura, desaparición y exterminio de prisioneros políticos. Asimismo, en la séptima región, la Brigada de Inteligencia Sur de la DINA, a cargo del general Fernando Gómez Segovia,  tuvo como cuartel de operaciones una casa de Colonia Dignidad en Parral y también se utilizaron las instalaciones dentro de Colonia Dignidad: una bodega de papas, el hospital, laboratorios, entre otros.

Colonia Dignidad como centro secreto de secuestro, tortura, desaparición y exterminio

En Colonia Dignidad se utilizaron varios espacios como lugares de represión y tortura para los secuestrados políticos. A continuación se señalan y describen dichos lugares:

  • Freihaus – Casa de Paul Schäfer, Centro de operaciones represivas y abusos sexuales contra niños.
  • Central de Comunicación, Recinto central de comunicación interna y externa de la Colonia.
  • Bodega de papas, lugar utilizado para el secuestro, interrogatorio y tortura de prisioneros políticos.
  • Acceso, punto de control de visitantes y residentes. Sus características hicieron posible que prisioneros políticos reconocieran la zona.
  • Hospital, instalaciones utilizadas para la experimentación con drogas, esterilización forzada de mujeres, encierro y aplicación de tortura a colonos y prisioneros políticos.
  • Archivo, lugar donde se confeccionó y sistematizó del archivo de inteligencia para la represión, el chantaje y la extorsión.
  • Fosas, excavaciones ilegales para hacer desaparecer los cuerpos de prisioneros políticos asesinados.
  • Fosas Automóviles de Detenidos Desaparecidos, excavaciones ilegales realizadas para ocultar vehículos de detenidos desaparecidos.
  • Hildegaar, edificación utilizada para el secuestro y la tortura de prisioneros políticos.
  • Río Perquilauquén, lugar al que fueron lanzadas las cenizas de prisioneros políticos asesinados para hacerlos desaparecer.
  • Bodega de papas, contenedor de armamento de guerra. También laboratorio químico y bacteriológico para la experimentación y fabricación de armas.
  • Granero, dormitorio transitorio de militares.
  • Aeródromo, área empleada para el tráfico de armas, el traslado de agentes y jerarcas, posicionando a Colonia Dignidad como punto neurálgico en la red represiva de Chile y Latinoamérica.
  • Cerco, el cerco se extiende por unos 12 kilómetros alrededor de la Colonia y se compone de postes de 2,80 metros de altura. Cada 5 postes se instalaron sensores de movimiento que alertaban cualquier intento de fuga o ingreso no autorizado al predio.

 

Imágenes de algunos de estos lugares en la actualidad:

Prácticas represivas y operativas del terrorismo de Estado al interior de Colonia Dignidad

La relación de Colonia Dignidad con la dictadura se desarrolló en términos de complicidad y colaboración directa entre su principal aparato represivo, la DINA, y el lider del enclave y sus jerarcas, quienes ponen a disposición de la dictadura sus conocimientos, instalaciones y también su participación en la represión contra opositores políticos.

Este trabajo en conjunto se expresó en el uso de Colonia Dignidad para el secuestro, tortura, interrogatorio, asesinato y desaparición de personas. Los testimonios de ex prisioneros políticos y de algunos colonos así lo confirman. Por otra parte, investigaciones y fallos judiciales han definido que al interior del recinto se realizaron fosas ilegales para ocultar los cuerpos de prisioneros políticos asesinados, los que luego fueron exhumados y hechos desaparecer desde Colonia Dignidad.

Otras dimensiones refieren a la formación militar y de inteligencia de civiles y militares, al tráfico de armamento a través de Gerhard Mertins, traficante internacional, y a la creación de armas bacteriológicas y químicas en el marco del denomiando Proyecto Andrea. Este plan secreto de la dictadura consistió en la producción de gas sarín y otras sustancias químicas, con el objetivo de utilizarlos en el asesinato de opositores políticos de la dictadura. Los agentes de la DINA encargados de desarrollar el armamento químico, Michael Townley y Eugenio Berrios, estuvieron en Colonia Dignidad en diversas ocasiones.

Los colonos también instalaron redes de comunicación en importantes cuarteles de la DINA, como Villa Grimaldi, el cuartel central de calle Belgrano, y la Escuela Nacional de Inteligencia en el Cajón del Maipo. Asimismo, Paul Schäfer encargó a Gerd Seewald, jerarca de Colonia Dignidad, la confección de un archivo de inteligencia que sirvió para dar seguimiento a opositores de la dictadura, prisioneros políticos, militares, personeros públicos, incluso al dictador Augusto Pinochet y a sus más cercanos colaboradores. Este archivo fue confeccionado hasta 1995, siendo posteriormente encontrado en el marco de investigaciones judiciales el año 2005. El hallazgo de estas fichas y otros documentos en Colonia Dignidad, constituyen el primer archivo sobre la represión de la dictadura en Chile hasta ahora encontrado.

El círculo de protección en torno a Colonia Dignidad

Circulo de protección en torno a Colonia Dignidad

A pesar del sometimiento de gran parte de la sociedad chilena a la dictadura, Colonia Dignidad mantuvo su autonomía, hermetismo y poderío. Contribuyó a ello la configuración de una compleja red de protección nacional e internacional elaborada por Schäfer y sus jerarcas. En la base de esta red se encontraba el denominado Círculo de Amigos, organización que sostuvo a la Colonia por medio de una política de alianzas con civiles, políticos, militares, jueces, policías, empresarios, periodistas, criminales de guerra internacionales, entre otros.

Esta red no solo se construyó desde la complicidad de sus integrantes, sino también a través de la extorsión, el chantaje y el soborno de sus aliados y enemigos. Para ello, recurrieron a grabaciones y archivos con información privada que era utilizada tiempo después para conseguir favores políticos e influencias dentro del poder judicial y policial

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