El complemento de nuevas tecnologías LiDAR permitirá realizar un peritaje de mayor alcance en Campo de Mayo, centro de detención clandestino ubicado en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, en el que alrededor de 5.000 personas habrían permanecido detenidas durante la dictadura argentina. El encuentro fue organizado por la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad y contó con las intervenciones de dos expertos argentinos, Pablo Llonto, abogado querellante en causas de personas detenidas desaparecidas en el lugar y Luis Fondebrider, fundador del Equipo Argentino de Antropología Forense. En la ocasión también participaron distintoas representantes de organizaciones e instituciones que trabajan en sitios de memoria y derechos humanos en Chile y Latinoamérica.

Con el propósito de conocer en detalle la inédita exploración aérea sobre el predio militar de Campo de Mayo, el martes 16 de febrero la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad (AMCD) convocó a un conversatorio en el que se compartió información sobre esta incipiente e innovadora investigación, liderada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), de la que se espera obtener alguna respuesta sobre el destino final de quienes fueron detenidos y hechos desaparecer en Campo de Mayo .A raíz de que en Chile un número muy bajo de personas detenidas desaparecidas por la dictadura han sido encontradas, resulta muy relevante conocer las posibilidades de aplicar una estrategia similar para la exploración de ex recintos clandestinos de secuestro, tortura y desaparición como el sitio de Colonia Dignidad, ubicado en la precordillera de Parral con una extensión aproximada de 16 mil hectáreas, y donde se efectuaron inhumaciones y exhumaciones ilegales durante la dictadura cívico militar chilena.

La actividad se inició con un saludo de Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, quien agradeció la presencia de las y los invitados y asistentes, para después recordar que estas conversaciones e intercambios de experiencias se iniciaron durante el IV Seminario Internacional sobre Colonia Dignidad. Para avanzar en verdad y justicia organizado por la Asociación en enero de 2018, y que contó con la participación de Pablo Llonto y Luis Fonderbrider. Luego María Elena Acuña, académica del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y coordinadora del proyecto Archivo Oral Colonia Dignidad, introdujo el tema y dio la palabra y modero el conversatorio, dando la palabra a Pablo Llonto, abogado querellante de distintos familiares y sobrevivientes al terrorismo de Estado en Argentina, y al antropólogo, presidente y fundador del EAAF, Luis Fondebrider.

Cabe destacar que Campo de Mayo fue un centro clandestino utilizado entre los años 1976 y 1983, durante la dictadura cívico militar Argentina. Ahí se ubica una de las guarniciones del ejército más grandes del país, con una superficie cercana a las 5.000 hectáreas y que cuenta con un aeródromo utilizado por el batallón 601 del ejercito argentino. Como señaló Pablo Llonto durante su intervención se trata de un predio extenso, “un lugar por el cual estimamos han sido llevados ahí 5.000 compañeros y compañeras aproximadamente, no todos ellos desaparecidos, pero sí gran parte de ellos, porque Campo de Mayo tiene como característica muy pocos sobrevivientes”. Luego, tras reseñar el contexto histórico del lugar, inició la presentación del marco legal que se aplica en Argentina para perseguir las detenciones ilegales durante la dictadura argentina: identificar a quiénes fueron llevados ahí, quiénes eran los responsables del lugar y cuál fue el destino de las víctimas del centro.

También expresó que la principal hipótesis de exterminio que se maneja es la de los llamados “vuelos de la muerte”, la metodología más utilizada en el ex centro clandestino y por la que ahora se están realizando juicios a los pilotos de los vuelos. Esto no descarta que sea el único sistema, ya que “hay una cantidad de testimonios que hablan de enterramientos allí en Campo de Mayo” y las que han motivado anteriores excavaciones, hasta ahora, sin ningún resultado.

Más tarde, Luis Fondebrider indicó que su trabajo en Campo de Mayo comenzó en 2006, “desde esa fecha hasta el presente hemos ingresado en diversas oportunidades a realizar excavaciones en áreas mencionadas por testigos que generalmente no son testigos primarios, si no gente que escuchó cosas o que le contaron”. Sin embargo, la ocupación del predio durante los últimos 70 años ha modificado el terreno, lo que ha significado dificultades para identificar posibles lugares de enterramientos. A la vez, destacó que nunca ha tenido problemas para ingresar a Campo de Mayo, como sucede en otros países de Latinoamérica y en Chile.

A continuación, Pablo Llonto, caracterizó el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense como “esperanzador y serio”, ya que permite canalizar su trabajo en procesos judiciales para aliviar la angustia y no crear expectativas en los familiares y acallar la gran cantidad de rumores existentes. Pablo cuenta que le aclara a los familiares que ellos no buscan sólo restos, sino destino y restos, “queremos saber qué pasó y probablemente tengamos que decir muchas veces la respuesta son los vuelos de la muerte, con la enorme imposibilidad de recuperar esos restos por lo menos en estos tiempos”, enfatizó.

Una nueva esperanza: la tecnología al servicio de la memoria

LiDAR (Laser Imaging Detection and Ranging) es el nuevo sistema de escaneo de terreno que al complementarse con la geofísica y el Sistema de Información Geográfica (SIG), además de contar con un equipo asociado al Departamento de Geociencias de la Universidad de la Plata quienes interpretarán los datos obtenidos, son nueva apuesta con la que se espera encontrar puntos de interés de alteraciones realizadas por humanos, donde luego se realizarán excavaciones arqueológicas.

En palabras de Luis Fondebrider, esta metodología “nos permite realizar un mapa tridimensional, es decir, un mapa que va a ver qué hay debajo de la tierra, pero nos va a dar todas las curvas de nivel que tiene un terreno”. Además agregó que “tiene una ventaja fundamental, este láser puede atravesar cualquier tipo de construcción y cualquier tipo de vegetación, nos va a dar una imagen real de cómo es la superficie de Campo de Mayo”, ya que el LiDAR, compuesto por un láser, una cámara de alta precisión y un escáner, se complementará con el georradar, que atraviesa una superficie de 4 a 5 metros de profundidad, además de la geofísica y la resistividad eléctrica, metodologías que combinadas entregan un mayor número de resultados, según Fondebrider.

El año pasado el Equipo Argentino de Antropología Forense presentó un plan de trabajo que involucraba tres elementos: testimonios orales y escritos de las víctimas sobrevivientes de Campo de Mayo, excavaciones y las nuevas tecnologías, “creadas para otras cosas como minería, agricultura, protección de campos, arqueología tradicional; aplicadas a una investigación forense, o a una investigación criminal”, señaló Luis Fondebrider.

Pablo Llonto también agregó que cuentan con una jueza que tiene buena disposición para realizar este tipo de peritajes, además de utilizar la regla de “nada se descarta”, respecto a verificar rumores. En sus palabras, todo tipo de testimonio “se lo lleva a un proceso de sana crítica, con lógica y con ayuda de todas las ciencias, para poder determinar si ese rumor conviene judicializarlo y hacer una petición concreta”.

Además, ambos indican la relevancia de retomar la campaña que se realizó hace 10 años, donde el Estado invitó a través de los medios de comunicación a cooperar con sus testimonios a los ex soldados que realizaron el servicio militar en la época de la dictadura, para así obtener nuevas pistas y mejorar el criterio de búsqueda de cuerpos desaparecidos.

Replicar la experiencia: la búsqueda de Latinoamérica por la verdad y la justicia

Entre las y los participantes del conversatorio, se encontraban representantes de organizaciones de derechos humanos que promueven la defensa de los derechos humanos y la construcción de la memoria, académicos y funcionarios de instituciones públicas relacionadas al ámbito de los derechos humanos como: familiares de personas detenidas desaparecidas, ex prisioneros políticos, abogados de causas de derechos humanos, abogados y profesionales del Programa de Derechos Humanos de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Profesionales del Servicio Médico Legal, del área Patrimonio Histórico del Consejo de Monumentos Nacionales, y del poder judicial, el Presidente de la Asociación de excolonos ADEC, la Presidenta de los Familiares de Desaparecidos de Bolivia y académicas del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile. Erika Hennings, presidenta del sitio de memoria Londres 38, señaló que los avances tecnológicos serían importantes para distintos centros de detención y emocionada destacó que “la posibilidad de avanzar respecto de todos los antecedentes de destino, es lo que nosotros estamos queriendo con las querellas de Londres 38 en particular”. En ese sentido Pablo Llonto respondió “siempre la característica de Derechos Humanos ha sido la perseverancia, la existencia e ir derribando muros obstáculos puestos por la justicia y obviamente por los distintos gobiernos que nos han atravesado durante décadas”.
La presidenta de la Asociación consultó a Luis Fondebrider sobre el costo de una investigación de este tipo, quién respondió que es necesario realizar un plan de trabajo para conocer el monto en detalle pero que este sería menor que lo que gastó el estado chileno para el caso del Patio 29. Asimismo, señaló que, para el caso específico de Colonia Dignidad, es necesario abrir el foco, “es un caso de mucha trascendencia y amerita respuestas de mucha trascendencia, por lo tanto, una convocatoria amplia, a científicos, a la comunidad internacional para que piensen los problemas que nos plantea Colonia Dignidad” y para hacerlo destacó que las capacidades se encuentran en las experiencias de otros países latinoamericanos como México y Guatemala, por ejemplo, más que en países europeos.

Respecto al mismo centro clandestino de detención, Horst Schaffrik, Presidente de la Asociación por la Verdad, Justicia, Reparación y Dignidad de los ex colonos de Colonia Dignidad señaló que “para nosotros es muy triste que los que estaban al mando en ese tiempo ni siquiera a nosotros nos dijeron ni una palabra, ni confirmaron que se metieron con los militares en estos temas. Es una tremenda sinvengüenzura hablar de una sociedad “dignidad” y meterse a matar gente aquí y sacarla de las tumbas es un tremendo dolor” (sic). Además Horst señaló que contar con esta tecnología sería de tremenda utilidad para este caso, según los testimonios que él reconoce.

Al finalizar, Margarita Romero destacó la relevancia del trabajo colectivo y señaló que las organizaciones y quienes están vinculados a promover los derechos humanos “debemos impulsar este tipo de demandas en conjunto hacia el Estado, hacia el poder ejecutivo y hacia tribunales”. Asimismo, reiteró sus agradecimientos en nombre de la Asociación a todas y todos quienes participaron del conversatorio con sus experiencias y testimonios, en especial por “esa esperanza en que todavía podemos instalar muchas cosas en este país, muchos proyectos que pueden ayudarnos a avanzar en verdad y justicia”, sentenció.

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